Nota de Opinión. Por: Lucas E. Altamirano.
En la Argentina, hemos tenido Las P.A.S.O. (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) En las cuales se han reflotado viejas y nuevas asperezas entre los habitantes de nuestro basto y hermoso país. Lo que antes llamábamos grieta, la cual mostraba posiciones diferentes (de un extremo al otro) como cualquier grieta, esta sociedad se resquebraja cada vez más. En lo que antes era un tema de pensamientos diferente y desencontrados, hoy se le suma la diferencia generacional, de género y muchas otras cuestiones, que si bien no hacen a la política, si conforma un espacio social cada vez más dividido y como debe ser conforma definitivamente en la Política.
Siempre creí que la política argentina era apasionante, pero poco pensante, ya que muchas veces nuestras pasiones carecen de razón y en todo lo referido a lo político no es una excepción. Donde los argentinos, y también los residentes que no nacieron en este país, pero que lo siente como propio y fueron contaminado con nuestras pasiones, viven la política como un partido de fútbol, donde alentamos a nuestro equipo y lo bancamos en la que sea por cuatro años, y nos burlamos del equipo contrario durante ese lapso, sin importar si fuimos perjudicados o no; enseñándole a nuestros hijos a comportarse de la misma manera. Con poco análisis de nuestras vivencias, con poco sentido de lo que le sucede al que tenemos al lado, o lo que le pasa y porqué pasa lo que pasa; pero eso sí, con muchas pasiones.
He escuchado celebraciones, en lo que va de mi vida, por la destrucción de la industria nacional, la privatización de recursos estratégicos, tanto de valor económico como soberano, la destrucción de la moneda nacional y la de un banco central nacional para someternos de lleno a una moneda extranjera, que poco tiene que ver con la realidad Argentina, la cual se va a mover, dependiendo de las necesidades propias del país donde se emite, y sobre todo, la privatización de uno de los bienes que hacen grande a un país o lo termina de arruinar, la educación pública.
Como padre de 3 hijos. Siempre ruego e intento el no inculcarle pensamiento a mis hijos, pero si los incentivo a escucharme y entenderme, como a todo aquel que lo rodea. Que escuchen a los demás, que escuchen su posición, que entiendan su posición y que la analicen. Cuales son los puntos altos, los puntos fuertes y la razón, el origen de dicha posición. Que analicen todas las posibilidades; pero que nunca, por ningún motivo, dejen que alguien piense y/o decida por ellos mismo, ni yo mismo.
La verdad es que para serles sincero, en muchas ocasiones, me doy cuenta que paso de una exposición, para que ellos me comprendan a un discurso, y al darme cuenta de esto, les explico que ellos y solo ellos deben pensar por si mismo, sin importa lo que yo les diga. Que no desechen nada y como siempre digo, las preguntas, son las únicas que dan respuesta. Creo, que una sociedad, la cual les enseñe a sus hijos a respetar y valorar la opinión de todas las personas, que analice todos los puntos de vista para ser una sociedad más justa, terminará siendo una sociedad más justa por cansancio mismo.